Thu, 03 Feb 2005 - Archivado en Sociedad (limitada) y Sociedad (limitada)
Una vez más, se acerca el Carnaval y con él las fiestas y los disfraces. Son fechas en las que mucha gente deja de lado sus inhibiciones (no sería este el caso de Paula Vazquez, ya que ella ya va disfrazada hace días y precisamente inhibiciones, no parece que tenga muchas...)

Uno de los ingredientes que hacen que esta festividad sea tan llamativa son los disfraces. Los disfraces nos permiten transformarnos temporalmente en otras personas (en algunos casos que sea temporal es una lástima) y anular totalmente nuestro sentido del ridículo (¿será ese el secreto de Sardá? ¿pertenecerá el equipo de crónicas marcianas a algún tipo de secta carnavalesca? porque lo que ellos transmiten a estas alturas no es sólo sensación de ridiculo, en mi caso ya sólo podría compararla a la sensación que se obtiene al arañar una pizarra...)

Es cierto que en carnaval se tiende a perder la poca vergüenza que pueda conservarse ¿cómo si no podría alguien por ejemplo ponerse mallas brillantes y pintarse la cara para salir a la calle? Bueno, quizá haya puesto un mal ejemplo, pero ¿acaso un hombre iría a una fiesta vestido de mujer en otra fecha que no fuera carnav...? hmmm creo que mejor dejo los ejemplos para otra ocasión... (Por cierto, las mallas -por lo menos para mí- son la prenda estéticamente más ingrata que ha creado el hombre ¡no conozco a nadie a quien le queden bien!)

Hay sitios donde el carnaval es una de las fiestas más importantes del año, como en Río de Janeiro, donde el carnaval alcanza su máximo esplendor y se traduce en una lujuriosa fiesta llena de sexo, alcohol y desenfreno (ojo algunos con las babas, recordad que tenéis debajo el teclado) o como en Tenerife, donde cada año eligen a una Reina del Carnaval entre un grupo de bellas señoritas que visten unos impresionantes, enormes y aparatosos trajes que, curiosamente, apenas consiguen tapar una pequeña parte de su anatomía (cuidado de nuevo a los de antes) En el diario La Opinión de Tenerife, podemos leer en un artículo dedicado al evento:

Las doce aspirantes a Reina del Carnaval de Santa Cruz lucieron sus fantasías con ritmo en un escenario que incorporaba en su parte central un mecanismo que hacía girar el suelo, de manera que tanto el público como el jurado pudiesen apreciar los trajes en su totalidad
¿Con ritmo? ¿llevaban puesto un traje que posiblemente pesa alrededor de 100 Kg y se movían con ritmo? Yo creo que esas chicas llevaban debajo del traje algun tipo de plataforma motorizada o un grupo de banceros (los que portan las figuras en semana santa) O eso o el ritmo lo seguirían con las pestañas...
Publicado por LaRanaBudWeisEr.

6 comentarios

  1. Korliaceo dijo:
    2005-02-04

    jejejj k razon tienes kon lo de las mallas rani ^^

  2. Andérez dijo:
    2005-02-04

    Por un año te podias disfrazar de humano ;)

  3. lulamy dijo:
    2005-02-05

    Uffff, carnavales me dan mucha pereza.
    Mi extremo sentido del ridiculo me prohibe salir en estos días de casa.
    Es que a mi me lo que de verdad me gusta es la semana santa y no comer carne los viernes. Me gusta el potaje.
    Besazo

  4. LaRanaBudWeisEr dijo:
    2005-02-05

    jajaja grácias Korli, seguro que tú también te has puesto alguna vez delante de un espejo con unas puestas :P

    Grácias Andérez, yo tenía pensado disfrazarme de político pero tu idea, aunque diferente, me gusta mas ;)

    Hola lulamy, a mí ultimamente me pasa un poco como a tí (aunque no ha sido siempre asi, hace 4 o 5 años que dejé de disfrazarme y ya tengo una edad) pero creo que en los carnavales de Cádiz podría pasarmelo muy muy bien ;)

    Abrazos verdes para todos

  5. Luis dijo:
    2005-02-05

    Muy bueno lo de los banceros y el secreto de Sardá creo que no existe, cronicas aguanta porque muchos ponen Tele5 por costumbre. BuenaFuente le supera en todo.

    Saludos amigo verde

  6. LaRanaBudWeisEr dijo:
    2005-02-05

    Te doy toda la razón Luis, de hecho reconozco estar enganchado al programa de Buenafuente y bajo mi humilde punto de vista, directamente Sardá y él no son comparables... uno apuesta por el morbo y el mal gusto y el otro por el humor inteligente, la ironía, la actualidad, la buena música, y un largo etc...

    Un saludo ;)

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