La Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas (Anepa) advirtió hoy de que se han incrementado los casos más graves del "síndrome postvacacional", hasta el punto de que el 35 por ciento de los trabajadores de entre 25 y 40 años sufre esta afección.
Europa Press
Al parecer, el hecho de volver de vacaciones para incorporarnos inmediatamente al trabajo, puede provocarnos problemas de pérdida de apetito, insomnio o somnolencia durante la jornada de trabajo (en algunos casos, este síntoma perdura todo el año) provocando pérdidas de concentración y sensación de hastío (vamos, que sorprendente e inexplicablemente, no nos sentimos contentos y felices por volver al trabajo...)
Según los datos, actualmente estos síntomas los padecen uno de cada tres españoles de entre 25 y 40 años, lo cual empieza a ser preocupante (lo que yo me pregunto es ¿cual es el secreto de los otros dos? ¿cómo consiguen reincorporarse contentos al trabajo? ¿drogas? ¿hipnosis?) Para evitar el síndrome postvacacional, los expertos nos dan algunos consejos, entre los que se encuentran:
- En la medida de lo posible incorporarse al trabajo regulando poco a poco su intensidad.
(¡Me gusta la idea! el primer día pasamos a saludar, el segundo leemos los emails, el tercero nos sentamos 20 minutos y para casa...) - Concentrarse en los aspectos positivos de su trabajo, que seguro los encontrará.
(Hmmm... yo mejor me concentro en los de otro ¿vale?) - Saber que se trata de un malestar propio de los primeros días y no darle demasiada importancia.
(En cuanto pasen unos días ni lo notaremos... nos habremos acostumbrado a él) - No tomar decisiones vitales sobre su futuro laboral en estos primeros días.
(Esta sí que es inteligente: controlemos nuestros impulsos de decirle al mundo en qué orificios corporales podría introducirse el jefe nuestro trabajo, sobre todo cuando le tengamos delante...)